Ingrata de Café Tacvba ¿Políticamente correcto o reconocer los errores?

Café Tacvba no cantará o modificará "La Ingrata", uno de sus temas representativos. Así se anunció esta semana.

En realidad, es tema viejo, pero el grupo lo revivió. El pasado miércoles 22 de febrero mediante un post en Facebook (abajo lo puedes ver) recuperaron una entrevista concedida en noviembre del año pasado al periódico argentino La Nación en donde respondían al cuestionamiento cómo podían estar comprometidos con la lucha de género, pero tener una canción así. En la conversación, Meme respondió que el tema se basó en el humor, una lectura diferente va más allá de la intención inicial; Rubén agregó que además eran jóvenes y no tenían nociones del tema, pero ahora que son conscientes "es un momento de repensar si la vamos a seguir tocando o si le cambiamos la letra", declaró. La bomba había sido lanzada (¿No has leído la entrevista, aquí la dejamos).

Por supuesto, meses después, ja, la respuesta del público no se hizo esperar. Estuvieron quienes se molestaron y criticaron; quienes reconocieron y aplaudieron, pero ¿Qué argumentos puede haber para apoyar o no cierta posición más allá de los arrebatos y enojos? Veamos algo del debate.

¿Por qué sí?

El propio Rubén de Café Tacvba lo dijo, en sus palabras "Mucha gente puede decir que es sólo una canción. Pero las canciones son la cultura, y esa cultura es la que hace que ciertas personas se sientan con el poder de agredir, de hacer daño, de lo que sea". Sí, seguro hay quien piensa que una canción no hará la diferencia, pero... ¿Qué sí lo hace? La cultura machista, o la cultura en general, que favorece la violencia hacia las mujeres al grado de impedir, facilitar, validar o hasta promover los asesinatos y agresiones hacia nosotras, hacia otras, hacia las mujeres, sin que haya castigo alguno, no está construida de forma monolítica, no es un gran bloque formado de un elemento único. Por el contrario, el machismo se sostiene como un sistema, tiene su respaldo en múltiples elementos, pequeños unos, otros mayores, que suman y se correlacionan.

Por lo tanto, desmontar la cultura feminicida implica necesariamente ir quitando cada pequeño elemento del sistema. No importa qué tan mínimo parezca: Una canción, una broma, una frase, un silbido, un argumento, una ausencia de crítica, un no poner el alto cuando alguien agrede o insulta, un aceptar o normalizar. Los llamados micromachismos son machismo. Decidir dejar de cantar una canción, más una tan famosa, es quitarle poder al machismo, poco o mucho, pero es hacer algo. Y algo signfiicativo.

Tampoco hay que obviar la decisión y suponer que es un proceso simple. Por supuesto, puede mediar, en este caso en concreto, la presión pública o estar a la moda (si es que el feminismo, el lenguaje no-violento, la lucha de género o la crítica a los feminicidios pueden calificarse como tal), quizá eso lo vuelve aún más difícil, porque implica reconocer que se ha contribuido a esa cultura y, de manera directa o indirecta, se ha favorecido el asesinato de mujeres. No es poco, la mayoría rehuyen ha aceptar privilegios o reconocer que hay una asimetría. Es frecuente oír respuestas como "los hombres también viven violencia", "la vida es difícil para todos, no sé por qué se quejan", "las mujeres también agreden a los hombres", "sólo quieren ser víctimas" y miles, millones quizá más. Es un paso complicado, implica analizarse, deconstruirse, aprender, cambiar y tomar decisiones que no son fáciles, agradables, populares y que pueden ponerte en situación de vulnerabildad. Aún si eres hombre, aún si eres una celebridad.

Dejar de cantar "La Ingrata" es no dar más fuerza a la idea de que es gracioso o tolerable hablar de darle balazos a una mujer, es no echarle más leña al fuego. Cambiar la letra es reinterpretar un símbolo poderoso y darle un nuevo enfoque.

Lo anterior no quita que el pasado es el pasado, no se puede borrar lo hecho, pero se puede cambiar. La historia, la cultura, el conocimiento, la esencia misma de la humanidad está en cambiar ¿Por qué habríamos de seguir comportándonos igual sólo porque así se ha hecho siempre, si hemos encontrado una mejor manera, una diferente o una que nos hace sentir y aportar más? Si hemos aprendido algo, si hemos detectado un error, si hemos sido parte de algo que no debió hacerse, si hemos perjudicado, es válido reconocer y contribuir a transformar.

¿Por qué no?

Negar el pasado es peligroso. Fingir que no sucedió, cambiarlo para estar acorde al espíritu de los nuevos tiempos sólo hace que se oculte más el problema y se visibilice lo que se quiere evitar. Si antes tenían otra forma de pensar, que inventen canciones nuevas, no que borren o cambien las anteriores. La canción seguirá disponible para ser escuchada, la oirá quien le guste, aun cuando Café Tacvba decida no tocarla en vivo. Modificarla para redimirse no quitará todo lo que hayan aportado a la cultura machista o a los feminicidios.

La corrección política funciona, pareciera, en algunas ocasiones más como lo que costó siglos erradicar: Una Inquisición, un censor del lenguaje y pensamiento. Vale, estamos de acuerdo en que los feminicidios son un problema, sobre eso no parece haber discusión, sin embargo, se omite que puede haber múltiples interpretaciones y múltiples significados. Habrá quien considere lo más representativo de la canción el dolor o el reproche y entienda a los balazos como una metáfora.

"La Ingrata" marcó a muchas personas, incluso puede ser que definió musicalmente una época. Representa mucho más que violencia, la hemos cantado en muchas formas, la hemos apropiado y reinterpretado a nuestras condiciones y gustos, hombres y mujeres por igual. Ha dejado para su público sentimientos y pensamientos que van más allá de la violencia, han representado catarsis, emoción, diversión, desahogo.

En vez de dejar su repertorio, tanto el grupo como otras bandas y cantantes deberían involucrarse más en la promoción de lo que defienden. En serio, una canción no hará la diferencia si no hay un compromiso más profundo, trabajo que lo respalde, algo que se note y no sólo declaraciones. Si ya aprendieron algo, si piensan diferente, que nos expliquen por qué, en sus palabras, en su voz, con sus rostros a su público, que nos digan por qué promueve el machismo o por qué favorece los feminicidios.

Esto incluso podría facilitar que agrupaciones de otros géneros que sí denigran de forma constante a la mujer, como en el reggaetón, los corridos y hasta el pop, entiendan por qué pueden ser parte de un problema.

¿Una postura intermedia?

Aquí es difícil encontrar una postura media, no se puede "medio desaparecer" una canción y un cambio puede dar un sentido completamente diferente. Por otra parte, el grupo ya no se siente identificado con esa forma de pensamiento, pero también es cierto que aunque no la toquen en vivo, será escuchada por quienes le gusta. Aún más, ya no lo hacen, hace tiempo que han dejado de tocarla, así que la reacción pública es algo tardía. Así que lo intermedio podría estar en apoyar al grupo en su decisión de retirar la canción, pero pedirles que respalden su compromiso con algo más que declaraciones.


¿Qué ha logrado "La Ingrata"?


"La Ingrata" es uno de los temas más populares del grupo, ocupa el cuarto lugar entre sus canciones más escuchadas en Spotify (11 millones 200 mil oídas) y el video oficial tiene casi 14 millones y medio de reproducciones (velo).










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